viernes, 21 de julio de 2023

Fingía leer


Camila fingía que leía. Lo hacía para llamar la
  atención de su padre, para que la mirase durante unos segundos y le acariciase el pelo con una sonrisa orgullosa en los labios. Para que la viera siempre cerca mientras él trabajaba. Y de tanto fingir que leía comenzó a hacerlo, y se enredó para siempre en la aventura de los libros y, un buen día, mucho tiempo después, fue Camila la que se descubrió revolviendo el cabello de su hijo, que se sentaba pegado a su sombra, para fingir que leía.

lunes, 19 de junio de 2023

Literatura


Leo. Navego una de las novelas más alabadas por la crítica oficial de los diarios de tirada nacional, por los blogueros, “expertos”, YouTubers, Instagramers y opinadores de todo cuño, pero yo me siento extraña, vacía, decepcionada. Me parece una obra repetitiva y condescendiente.  Los personajes me resultan inconsistentes. El final, que debería ser sorprendente, y al que me he ido acercando con una pereza letárgica, resulta previsible casi desde el principio. 

Siento un enorme desánimo cuando finalizo la última puntada de este tejido parcheado. No me ha gustado. No he visto las cosas que supuestamente lo hacen único. No he conectado, disfrutado o apreciado la labor creativa que se le atribuye. 

Seré yo. Serán mis prejuicios de vieja lectora. Será que no soy el público objetivo al que va dirigido. O, simplemente, es que lo he leído en el momento equivocado. Qué sé yo.

En cualquier caso buscaré enseguida otra obra con la que enjuagarme el sabor amargo que me ha dejado ésta. Tal vez un libro ya leído muchas veces. Una de esas creaciones que te devuelven la ilusión por la literatura y te borran de inmediato de la memoria el decepcionante pasado reciente.

sábado, 10 de junio de 2023

Prensa en las tripas de Madrid


Navego por las tripas de Madrid. Un pasajero entra en el vagón leyendo un periódico de tirada nacional, en papel, - no gratuito - y lo miro con una mezcla de agradecimiento y admiración. Me fijo bien en lo que lee. No está ojeando las páginas deportivas, está centrado en las noticias internacionales. Alzo la vista del papel impreso y me detengo en él: es un hombre cercano a los cincuenta años, de complexión normal. No llamaría la atención entre la multitud. Tiene el cabello canoso y una barba bien recortada. Viste pantalón vaquero y un chubasquero discreto, de color azul y, sin embargo, por unos minutos se ha convertido en un ser excepcional en este nuevo mundo en el que en el metro se ven películas, vídeos de Tik Tok y mensajes de WhatsApp; en esta realidad distópica en la que primero nos regalaron las noticias, luego nos las tradujeron a través del púlpito de Internet para, finalmente, volvernos a cobrar por una versión más o menos fiable de la realidad.

Ya no es habitual sentir el aleteo de las páginas del periódico en las mañanas crepusculares de los cafés. Ya casi nadie dedica tiempo a leer y a reflexionar. Se prefieren los noticieros exprés con sesgos claros. La realidad versionada con la conclusión que hay que sacar de ella. En este mundo no hay tiempo para andar pensando por uno mismo, eso son cosas que deberían hacer otros; esos que tienen suficiente conocimiento, los politólogos televisivos, los  “expertos” que nadie sabe dónde consiguieron el incuestionable certificado de “sabio” en la materia.

Si, navego las tripas del metro y observo al único pasajero que lee un periódico de pago, de tirada nacional, y siento mucha nostalgia - quién sabe si por la edad - de otro tiempo, el mío, aquel en el que se construyó mi conciencia y mi vida. Aquel en el que el periodismo era una profesión seria y fiable que merecían el pago estipulado por sus noticias volátiles, impresas en papel, honestas, éticas  y contrastadas.

domingo, 14 de mayo de 2023

Reflejos


Sobre los charcos lúcidos transitan nubes perfiladas de sol. La calle está vacía. Hay un aroma cálido en el aire. Las páginas del libro aletean dulcemente movidas por la brisa. 

Alargo un poco más la quietud. Temo el primer ruido que resquebraje la mañana. La cafetera borbotea aromas impregnados de infancia.

Me siento junto al ventanal bañado por el sol. Cierro los ojos y adelanto el rostro hacia la luz. La felicidad se extiende indiferente por mi cuerpo. Estallan endorfinas luminosas que se derraman en mi cerebro y me transportan. 

Una melodía antigua se instala en mi cabeza y se repite en silencio como la banda sonora de un recuerdo encapsulado. Me trae el rastro de un momento que parecía olvidado y me acuna, mansamente, en una primavera remota.

Un crujido sutil me alerta de una puerta que se abre. La vida hace camino a sus espaldas. El instante, fugitivo, ya es memoria.

domingo, 7 de mayo de 2023

Madres


Ser madre es una responsabilidad, un reto, un regalo y un sacrificio servido en dosis diarias, cuyos escollos aterran y cuyas pequeñas victorias llenan de luz todos los rincones de la vida.

Cada logro de los hijos empaña los ojos de lagrimas de orgullo. Cada traspiés, por insignificante que sea, construye noches de insomnio.

Ser madre es, para mi, la aventura más maravillosa y exigente que he emprendido jamás, y esa  aventura, en mi caso, ha sido felizmente compartida con mi pareja desde hace casi 38 años, que es un gran  padre vocacional y comprometido y sin el que mi deseo de ser madre, tal y como lo soy ahora, habría sido imposible.

Felicidades a todas las madres, las biológicas, adoptantes, emocionales, las tías, las abuelas, las amigas del alma que ejercen como tales, a todas las que velan, buscan soluciones y se preocupan; a todas las que están pendientes de las necesidades de los niños que las rodean y hacen de su cuidado una prioridad irrenunciable.

viernes, 5 de mayo de 2023

Madrid


Madrid se extiende ahí abajo como una promesa. Desde la distancia parece más bella, más humana. Alza sus torres párvulas a un cielo primaveral que atardece y se amansa, como terciopelo, tras el calor casi estival. Allí se vuelve cárdeno, allá turquesa, al fondo, muy al fondo, gris.

Desde esta distancia las almas que se entrecruzan, se superponen, se agreden o se aman, son invisibles. Apenas me llega el rumor de las  motos que cabalgan el verano y fatigan las noches sin descanso.

Desde la distancia se olvida la crueldad de las cuestas escarpadas y retorcidas de los barrios viejos, el olor a café con leche y churros, el trajín de las máquinas tragaperras, la lucha por ganarse el pan, las manos menesterosas que piden limosna en los semáforos, las colas ante los comedores sociales, el cacharreo cristalino de las conversaciones y los vasos en las terrazas que colonizan las aceras.

Desde la distancia, desde esta lejanía del vigía que se asoma a su balcón como un farero domador de mareas urbanitas, los teatros no palpitan con reclamos luminosos, los cláxones no doblegan voluntades, y solo el rastro extendido de una nube perezosa que navega azoteas infinitas retiene mi atención y me devuelve al blando refugio de la infancia, a la calma sin problemas del pasado, al soñar infantil que hacía florecer mis esperanzas.

jueves, 20 de abril de 2023

Escaparates


La intimidad se ha hecho pública. La pobreza es un delito. La modestia es un demérito. La ignorancia es un buen trampolín para obtener medallas. 

El mundo tiembla. No llueve. La tierra desertece. Abril es junio y el verano es el erial de un desierto inabarcable. 

Nadie piensa, el que piensa lo hace mal y el que lo hace bien es silenciado. 

Cualquiera que opine lo contrario es enemigo. La posverdad gana batallas. La felicidad teje vacíos. Los humanos justos son idiotas. Los piratas son los héroes que nos guían. La virtud es una tara.

El tiempo se consume en horas muertas frente a pantallas abúlicas. La vida es un escaparate de presuntos triunfadores al borde del suicidio. 

Somos esclavos inconscientes, peones indefensos, motas de polvo en la corriente.

Sin dinero no hay libertad. El futuro es un eslogan. Nuestros jóvenes se matan comiendo basura hasta la asfixia. Trituran sus articulaciones bajo el tonelaje del dolor encapsulado, la pobreza y la vergüenza. Atentan contra sus párvulas arterias y maceran vejeces prematuras sometidas a la urgencia de calmar la ansiedad y el vértigo a golpe de hamburguesas, papas fritas y grasas saturadas endulzadas con masivas adiciones de azúcar y glucosa.

La intimidad se ha hecho pública. Se narra cada día como si a alguien le importase. 

Los libros del pasado no se leen, los nuevos se evaporan entre los dedos insidiosos de novedades exprés. Los lectores cabeceamos inseguros arando nombres sobre la arena infinita de la producción masiva. El mundo se ingiere y se vomita sin parar, construyendo fronteras, mitos, leyendas urbanas, rurales y bélicas que nadie se detiene a analizar.

Imagen: Sarilta Ban

domingo, 2 de abril de 2023

Nubes


Las nubes galopan el cielo impreciso de una primavera apresurada con sabor a guerra y a fracaso. 

El sol abrasa y se venga sobre los hombros despoblados. Ara la laxitud de pieles inmaduras. Despierta la memoria de pellejos curtidos por la vida. 

Huele a herrumbre y a sangre coagulada, a urgencia de salida en desbandada de ciudades insidiosas, a sudor y a polvo acumulado sobre las memorias muertas.

La naturaleza estalla y se abre paso. Revienta aceras con raíces inflamadas, inventa virus desbocados con hambre de venganza, renueva enfermedades extinguidas. 

Un vehículo pasa derramando reguetones reaccionarios. Una madre sonámbula pasea a su bebé insomne con la esperanza vana de dormirlo. Un anciano remueve macetas y recompone flores sobre el jardín en miniatura del balcón. 

La vida perezosa del domingo apenas fluye. La tierra parece haberse detenido. Y yo procrastino una novela que se resiste a morir pero que tampoco nace de los brotes trasplantados y divago en estas líneas para no sentir su rencor culpable entre mis sienes.

viernes, 24 de marzo de 2023

Relatos en busca de lector

 


Ellos, los relatos de este libro, siguen ahí, esperando la caricia de una mirada que los explore y los ame.

“Papel, papel y tinta”. Talentura, 2016

“Como Vladik, el protagonista de «Papel, papel y tinta», el primero de esta colección de relatos, Paloma Ulloa tiene la necesidad de contar todo lo que ve, piensa y siente.

De esta necesidad surgió la idea de escribir un cuento al día durante un año, cuentos que fue publicando a diario en su blog. Tras Postales en el tiempo (Ediciones Buchmann) en el que publicó una primera selección de aquellas historias, llega esta segunda entrega, Papel, papel y tinta, en la que Paloma reúne otros 49 relatos cuidadosamente seleccionados y revisados que recorren géneros, temáticas, escenarios y épocas que resumen sus gustos e inquietudes como escritora y lectora. En ellos se recogen preocupaciones intemporales mezcladas con otras muy pegadas a la actualidad, en los que los personajes son una pieza más de la maquinaria de una sociedad que, a veces, consigue domeñarles convirtiéndoles en secundarios pero que, otras, los personajes se revelan transformándose en protagonistas.”

https://www.talenturalibros.com/papel-papel-y-tinta

sábado, 11 de marzo de 2023

Conectados


Entro en el vagón del metro, como todos los días. Hay muchas personas conectadas (literalmente) a sus teléfonos móviles. Algunas están manteniendo videollamadas intrusivas en las que todos somos espectadores pasivos y figurantes al mismo tiempo. Algunos grupos de adolescentes hablan a voces de sus cosas. Una señora relata a gritos (sin permitir que su compañera intervenga en ningún momento) un suceso de su vida. Entre el ruido ensordecedor de la catarata de palabras y el silencio sumiso de los que vegetan frente a sus pantallas, una vida distópica avanza hacia nosotros sin que podamos verla. 

Alguien silba una melodía recurrente para aderezar la ensalada sonora. Alguien tose sin taparse la boca como si el confinamiento por el COVID no hubiera ocurrido nunca. Alguien levanta la mirada de las páginas de un libro y, frustrado, lo vuelve a cerrar.

La metralleta de palabras vacuas continúa disparando hacia todos los rincones. No es la única. Nunca hemos hablado tanto y nos hemos comunicado tan poco. Su interlocutora la mira y asiente de vez en cuando pero tiene en los ojos la mirada ausente de quien está pensando en otras cosas. En realidad no importa porque la mujer que habla no hace más que repetir un monólogo interior que expulsa de su cuerpo como si pudiese exorcizarla.

El vagón se detiene en mi estación. El andén se llena de pasos presurosos y de un cierto silencio balsámico. Sobre la acera las voces se expanden y se difuminan. El sol lame mi cansancio y me pierdo. El tren sigue avanzando por las tripas de Madrid y la voz, insidiosa y chillona, se pierde con él para siempre.

sábado, 4 de marzo de 2023

Paladeando párrafos





Hay párrafos que se degustan, se paladean y se demoran en la mente perfumándola con todos sus matices. Y, después de algunas lecturas decepcionantes, estas páginas de Luis Mateo Díez están siendo un bálsamo.

lunes, 9 de enero de 2023

Renacer. Micro

 


He caminado muy despacio hasta llegar aquí. Quería retener cada segundo. La belleza del sol atravesando las hojas recién nacidas en los árboles; el viento templado sobre mi piel; la grandeza inequívoca y concreta de la vida cuando nada la toca ni  la empuja. He caminado muy despacio y he tendido la vista sobre los salientes, frente el mar gris plomizo que se despierta muy lentamente del invierno y he respirado hondo, llenando mis pulmones con todos los hermosos presagios de la primavera, antes de saltar al vacío.

sábado, 7 de enero de 2023

Fantasma. Micro


El fantasma se acercó lentamente por detrás. Lo vi observarme con deseo, extendiendo su mirada lúbrica sobre mi cuerpo. Un escalofrío me mordió la nuca cuando me acarició, seguro de haber logrado su objetivo. Besó lentamente mi mejilla y, al alzar la vista,  quedó atrapado para siempre en el espejo. 

jueves, 5 de enero de 2023

La misión. Micro

 


La casa respira un silencio expectante. Entro muy despacio. El gas narcótico perderá efectividad enseguida y no puedo entretenerme. De puntillas me acerco al lugar indicado. Tengo que actuar con una precisión quirúrgica. Me detengo un segundo. Escucho las respiraciones densas. Tanteo ese crujido minúsculo que me ha llegado desde el otro lado de la casa. Nada. No ha sido nada. Continúo. Siento cómo galopa el corazón en mi pecho. Me agacho muy despacio. Ultimo la misión y salgo de puntillas, intentando no hacer ruido al cerrar la ventana. La siguiente casa está justo debajo. La madrugada ya está cerca. Hoy tampoco me detendrán por haber entrado ilegalmente en el continente, en el país, en las casas. Soy un sin papeles real que vive en un castillo volador en los confines de oriente, un negro privilegiado que rocía el mundo de los niños con los dones de la magia.

miércoles, 4 de enero de 2023

La llegada. Micro

 


El viento silba entre las rocas desdentadas. Los fantasmas lamen mi miedo, me rodean, se estremecen. Saludan mi llegada atormentada. Me reciben en su tribu.

martes, 3 de enero de 2023

El abrazo. Micro

 


El viento empujó su melena rojiza, indiferente. Todos la miraron sobrecogidos, incapaces de moverse ante el espectáculo de su exuberancia. La gente salía a recibirla a puertas y ventanas. La fotografiaron y grabaron. Inmortalizaron la elegancia de su aurora, el abrazo cálido con el que fueron agraciados y, finalmente, su huida hacia los cielos infinitos por los que viajó sin detenerse hasta envenenar el planeta, por completo, con su radiación inapelable.

lunes, 2 de enero de 2023

La carta. Micro


La carta llegó aquella mañana como una hoja de otoño arrancada por el viento. Trajo consigo la memoria olvidada de tu voz, los días de sol bajo los tilos, nuestro universo, construido sueño a sueño, y tu dedo anular, ensangrentado.

domingo, 1 de enero de 2023

1 de enero


Cuadro de Richard Estes

Amanece el primer día del año. Hay un silencio expectante en el aire. Se escuchan algunos grupos de noctámbulos que regresan a la rutina como sombras de otro tiempo, con la ropa desorganizada, el maquillaje derretido y los sueños alborotados por el alcohol y la fiesta.

El mundo se entretiene en la ficción de este salto al vacío compartido. Las cajas de los deseos se abrieron anoche. Los viejos amigos se recordaron. Las familias cerraron el trámite necesario de saludos y felicitaciones.
La casa se estremece  en el silencio. Oigo algunos pájaros que sobrevuelan las montañas de hormigón. El rastro anónimo  de un coche acuna el aire. La voz de un niño, muy lejana, rompe el sortilegio.
Aún se evaporan los últimos deseos lanzados al vacío en la copa de cava a medio consumir. El ser humano es una criatura que se alimenta de esperanza, que se mueve hacia el futuro en busca de la felicidad soñada, que necesita creer que todo, mañana, será mejor que hoy.

jueves, 29 de diciembre de 2022

Tu rostro. Micro




Tras la cortina de lluvia surgió tu rostro lleno de luz,  tan hermoso  y vibrante como cuando estabas viva. 

martes, 20 de diciembre de 2022

Viejos. Micro

 


Los viejos, tomados de la mano, se acurrucaron al cobijo de su muerte y se dispusieron a navegar.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

lunes, 5 de diciembre de 2022

Amanecer

 

Sobre el cielo turquesa del amanecer se recorta la ilusión de una vida estable; la estructura fea de los edificios tiene aún la mórbida impronta de los sueños; el caminar cansado de la gente no ha despertado aún a la trampa mentirosa de la rutina que los hará correr, pagar, trabajar, beber, dormir en una oleada precipitada de acontecimientos involuntarios que se encadenan, que los encadenan.

Contra el cielo turquesa del amanecer la voz de la radio es más concreta, más profunda, casi salvadora. Los “expertos” se derraman en largas babas de palabras, las noticias detonan con la misma cobardía de siempre, la publicidad se estrella contra el sueño.

Contra el cielo turquesa del amanecer la luz de las viviendas fosforece de intimidades lentas y pijamas aún calientes, de destinos tristes y propósitos sinceros, de niños aferrados a la almohada y de aromas a café y a pan tostado.

 

sábado, 22 de octubre de 2022

"Nombres propios, historias comunes".- María Jesús Ortiz Moreira



“Nombres propios, historias comunes”

María Jesús Ortiz Moreiro


Con una voz periodística que en ocasiones recuerda al Larra del “Castellano viejo” o al “Vuelva Usted mañana”, María Jesús Ortiz Moreiro fotografía escenas comunes de una vida cotidiana rota por la pandemia, y lo hace contraponiendo dos paisajes bien distintos: una ciudad española y un barrio - quizá el suyo - de Berlín. Con esta premisa aparentemente sencilla, nos presenta a sus “tipos”, sus realidades, sus aspiraciones y sus miedos, usando sus propias palabras porque la autora, como ya hizo en su anterior novela “Sombras en la luz”, hace un interesante ejercicio de aprehensión del lenguaje, de los giros, de la frase hecha y hasta del refrán.


Mordaz, irónica, incisiva, la autora se entretiene observando a sus criaturas. Las ve, las escucha, las mira por dentro y por fuera y nos desvela sus pensamientos más preclaros como cuando Otto comprende que, tal vez, la risa de Anna no sea más que “una manera de llorar por lo que no tiene”; o como cuando L., empapada por el ambiente bohemio e intelectualoide de la capital concluye que “Berlín, más que una ciudad, es un archipiélago de solitarios a la deriva”. 


Pero, a veces, como en el caso de “Ramón, Pedro, Nicolás, Barça. Noche de Reyes” (quizá mi cuento favorito) o en “Amanda Parker. Matemos al poeta porque, además, miente”, añade una pizca de emociones melancólicas al relato y conmueve al lector llevándole mucho más allá de la historia, haciéndole vibrar las cuerdas de una nostalgia íntima y anhelante.


Frente a la diversidad de personajes de la ciudad española que comienzan con el reconocible “Pepito Cualquiera”, la concreción de los mismos individuos en Berlín, sujetos a la cercanía del “espeti”, tienda “de-todo-un-poco” donde se encuentran, discuten y ladran Günter, Otto, Sonja, Anna o Lotti (la perra que no habla, pero casi). Frente a la grisura de las instantáneas en blanco y negro de Berlín, la policromía de las estampas hispanas que, en algunos relatos como “Paula. Instante", va conectando personajes en una cadena de encuentros que comienzan con Paula y terminan con ella misma cerrando un círculo perfecto.


En definitiva, estos veintiocho relatos discurren sobre la imprevisibilidad de la vida, la facilidad con la que todo puede cambiar en un instante, la esencia misma de la imperfección del ser humano y sus sociedades, la pérdida del tejido humano que nos deja huérfanos, y hasta la distópica posibilidad de que la sinceridad puede llegar a convertirse en una enfermedad o aún peor, en un delito. 





martes, 27 de septiembre de 2022

Miedo

 

Miedo. En el país que inventó el fascismo gana las elecciones el neofascismo. Putin juega a los dados con las democracias y en ese juego perverso, por ahora, va ganando.

Miedo. Europa se estremece (tarde) sintiendo como se descosen sus costuras.  Las bolsas de la compra no se llenan. El Euro se deshincha como un globo. El frío amenaza con instalarse en los hogares este otoño. El hambre se asoma a las ventanas afilando sus colmillos.

Miedo. El clima no entiende de política. Revienta el cielo anegando el presente. No hay dique que detenga las riadas ni cisternas que aprovechen su caudal.

Los ciudadanos impotentes ven cómo se pierde su vida deshecha por el agua, por la guerra, por la especulación, por el egoísmo.

Miedo. Nadie imaginó que la vida podía cambiar tan rápido arrasando las certezas en la Europa de 1914 y de 1939, en la España de 1936, en la Yugoslavia de 1991, en la Ucrania de 2022.

Miedo. Todo lo que parecía sólido se licúa. Nada queda en el cedazo de la memoria. Cada batalla parece única. Cada cañón tiene un tono diferente. Cada miedo lleva un nombre prendido en sus costuras.

Imagen: Sarolta Bán

martes, 20 de septiembre de 2022

“Nos tragará el silencio”. Miguel A. Zapata

 


“Nos tragará el silencio”. Miguel A. Zapata. El baile del sol

“Nos tragará el silencio” es un libro excepcional tanto por su estructura como por su propuesta. Ambientado en un mundo distópico que ha sufrido una sucesión de crisis económicas y pandémicas, describe a una sociedad erosionada e inmadura en la que los ciudadanos son adolescentes eternos, fácilmente manipulables por un estado invisible que los hace fluir, mansamente, sin violencia, a través de las diferentes instancias de La Hiedra. Y quién mejor que un narrador en primera persona, un “consignador”, para adentrarnos en ese universo; para guiarnos entre los espejos deformantes sobre los que se reflejan nuestros defectos presentes, pasados y futuros; sobre los que la historia y la filosofía se proyectan y se disuelven enredadas en las propias dudas del protagonista, de la ciudadanía de la que forma parte, de los lectores; sobre los que se siente la danza hipnótica de un bolero de Rabel que crece y decrece para volver de nuevo a la melodía original hasta enredar, atravesar y contener, como en una crisálida, a cualquiera que se encuentre cerca de La Hiedra.

lunes, 29 de agosto de 2022

El día abruma


El día abruma. Pesan los cuerpos sometidos al martillo del calor. Se distienden las carnes reblandecidas por la desidia veraniega. La mente no quiere regresar. Se resiste a ser estabulada. Se contamina de vientos libertarios. Los conductores resignados reconquistan lentamente la ciudad abrasada, hambrienta de lluvias, avisada de tormentas que amenazan sin saciar la sequedad de sus bocas entreabiertas. 

El día abruma. Reconstruye lentamente las murallas que amputan horizontes. Los horarios que cercenan libertades. Los silencios que permiten respirar. Los propósitos de enmienda se van haciendo chicos, kilómetro a kilómetro, sobre el retrovisor imperturbable. La vida se copia a sí misma cada septiembre dejándonos desnudos y vacíos contra el fondo de un verano que ya parece insuperable. 

El día abruma. Los uniformes escolares pendulan en las perchas, rencorosos, dispuestos a dominar las carnes bronceadas y las mentes expansivas. Los maestros construyen horarios de colores para aliviar el luto del regreso: Padres contrariados. Hijos silvestres. Rutinas enquistadas en tareas mil veces repetidas.

El día abruma. Las ventadas dormidas de los pisos resucitan. Se escuchan llantos y rumores. Se cierran fauces de resignación contra la vida. Se estira un día más, una semana más, la comida por encargo, los despertares tardíos, el desayuno en la terraza, las noches sin urgencia y sin peligro.

El día abruma. Tal vez septiembre traiga consigo alguna gloria. Algún aroma de esperanza. Algún cambio largamente acariciado. Tal vez, los pequeños sueños del verano no se mustien al contacto plomizo del asfalto. Tal vez, las últimas líneas de ese libro que aún retumban, los últimos compases de esa orquesta vespertina, puedan salvarnos, todavía, de la trampa pegajosa de los días.

sábado, 27 de agosto de 2022

“Las frías noches de la infancia”


 “Las frías noches de la infancia” es un bocado delicioso y exigente. Transita una intimidad difícil, sin exaltaciones románticas ni dramatismo innecesario. Es una saeta que atraviesa la vida, la locura, las tradiciones, la familia, la supervivencia y la lucha por salir del oscuro laberinto de la mente enferma. Es un relato emocional de los paisajes de la infancia, de la sensualidad instintiva, del amor, la amistad y la belleza.


Una vez más Errata Naturae sorprende y convence con la elección de esta autora turca que escribió la mayoría de su obra en alemán. 


Tezer Özlü

“Las frías noches de la infancia”

Errata Naturae

miércoles, 24 de agosto de 2022

En la línea de salida


Las últimas horas del verano caen sobre un horizonte inestable.
 La ligereza estival se esfuma. La sombra de la guerra parece extenderse a los Balcanes. La banca incrementa sus beneficios. Los ciudadanos miran, de reojo aún, el fondo de sus carteras. La tierra ha ardido con insidia devorándose a sí misma. 

La campaña de vuelta al colegio llena de recuerdos infantiles mi memoria. Flota un aroma a lápices recién afilados. Los libros nuevos resplandecen en sus fundas. La cartera, limpia y vacía, espera soportar un curso más.


El tiempo, guardián rabioso de los ciclos, lucha por eclipsar las últimas horas de sol y holganza. La tierra ha girado una vez más y ha vuelto a colocarnos en la línea de salida. Los noticieros se recargan de presagios insidiosos. Los “expertos” afilan sus garras necrófilas sobre el futuro inminente.


Septiembre asoma su perfil furtivo entre los últimos rumores del descanso. Se acaba la fiesta. Regresa el peso plomizo de una realidad insostenible que parecía haberse hecho más ligera y soportable en estos días.

jueves, 18 de agosto de 2022

Champán de quemar. David Núñez Casallo

 


“Champán de quemar” de David Núñez Casallo (Talentura, 2020)


El  titulo de este libro de relatos ya nos anticipa lo que encontraremos al atravesar el umbral de sus páginas. 


El narrador juega con sus personajes, los arrincona, les hace enfrentarse a situaciones imposibles. Les obliga a sentir que “vivimos bajo una lluvia de culpas que empapa nuestras conciencias”. 


A lo largo de estos once relatos “hay momentos en los que nos vemos atrapados en la piel de otro”; en los que “el inocente muere una vez, el culpable todos los días”;  en los que el actor se pregunta si se mete dentro del personaje o es el personaje el que se mete en él; en los que a un hombre se le “desabotona la piel” en medio del delirio del alcohol; y los forenses saben ponerle “coordenadas a la muerte”.


En definitiva, merece la pena llenar once copas - chispeantes y sorprendentes  - con este “champán de quemar”. ¡Salud!

lunes, 15 de agosto de 2022

Soledades acumuladas


Imagen tomada de El País

Madrid se ha convertido en una acumulación de soledades. Almas vacías que se sientan frente a frente y no se miran, no hablan, no se conocen ni se reconocen.  Las pantallas iluminan los rostros inexpresivos, embrutecidos, cenicientos. La ciudad apila vidas en cordilleras verticales. En guetos amurallados con piscina. En burbujas móviles sobre ruedas. Lo que ocurre fuera no es real. 

Los otros son fantasmas.  Criaturas de humo que a veces nos tocan y se disuelven en olvido. Ruido de fondo. Nada.

Stoner. John Williams



Hay novelas que se te meten debajo de la piel y te van creciendo dentro incluso mucho después de haberlas terminado de leer por primera vez. Así es  “Stoner”, de John Williams. 

Poco puedo añadir a las decenas de reseñas que ya se han publicado sobre este libro (algunas de ellas firmadas por autores ilustres) salvo que me parece sorprendente no haberla conocido antes.


Son muchas las obras valiosas que se pierden en el enorme arenal de la industria del libro empujadas al olvido por centenares de novedades y campañas millonarias pero, felizmente, ésta ha sido rescatada por El baile del sol para nuestro más íntimo y emocional disfrute.

domingo, 7 de agosto de 2022

54

 


54.Es un bonito número. Una cifra importante. Una baliza que dice más del pasado que del porvenir. 

El verano se abandona a la violenta mordida de un calor insoportable. Siempre parece que los estíos pasados fueron menos crudos, más ligeros y hermosos, más felices. En medio de uno de esos veranos nací yo, casi por sorpresa, en mitad de los  montañas del Jura. Imagino esos días cálidos de noches frescas. El revuelo de la casa a la que llega el bebé recién nacido.

Las voces de los inmigrantes españoles e italianos llenando los silencios del pueblo. Sus hijos montados en sus bicicletas nuevas colonizando un mundo que sentían propio.

Imagino los olores de la montaña: la hierba,

las flores silvestres, el agua de los riachuelos, las vacas haciendo sonar dulcemente sus esquilas.

54 años. Este verano también pasará, como han pasado todos hasta ahora, y dejará apenas el rastro de alguna fotografía y de algún recuerdo neblinoso que se diluirá para siempre en la marejada de la memoria mucho antes de lo que pueda imaginar.

viernes, 5 de agosto de 2022

La radiante edad

La radiante edad” Antonio Báez Rodríguez (Talentura, 2022)


Nunca había leído nada de Antonio Báez pero esta “Radiante edad” me ha convencido de que merece la pena seguir leyéndolo.

El pulso de esta novela desconcierta, se enreda en sí mismo avanzando y retrocediendo en el mórbido tiempo de la memoria que se escribe y se reescribe constantemente de la mano de un narrador que habla sobre el niño que fue - sin sentimentalismos, con la lucidez normalizadora de la infancia-; del adolescente que le sucedió - con sus inquietudes, sus pulsiones y sus frustraciones-; y del adulto que reconstruye, juega, novela y se burla, cuando es necesario, tanto del presente como del pasado.

El texto alcanza a veces una belleza y una sensibilidad que pueden llegar a chocar frontalmente con la realidad más prosaica, con las servidumbres del cuerpo y las mezquindades del alma, pero todo ello fluye en un discurso continuo dividido apenas en nueve capítulos que homenajean a otros tantos títulos cinematográficos.

He disfrutado leyendo esta novela que ha viajado conmigo y en la que me he refugiado en los ratos robados al sueño y a la familia, porque un libro como éste necesita de cierta intimidad para beberlo lentamente, como se merece.

martes, 26 de julio de 2022

Société Littéraire

 


Société littéraire

Mariano Zurdo (Talentura, 2022)


He sonreído y me he reído leyendo este libro que describe, crítica y satiriza sobre un mundo y unos personajes de opereta  que, sin embargo, no están tan lejos de la realidad cotidiana en la que todos vivimos inmersos.

Sin desmerecer ni un gramo la “voz impostada”, desternillante del narrador, diría que, por momentos, me ha parecido una 13 rue del percebe literaria, canalla, fina y colorista en la forma y en el fondo, muy bien escrita y descrita, muy fluida y humana.

Los personajes, pasados por el filtro de la sátira, - podrían ser nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo, nuestros familiares - impulsados por sus mezquindades, sus pretensiones y la pesada carga  de sus mentiras viven (o mejor dicho sobreviven), reaccionan y respiran devorados por su propia historia. Las vanidades literarias que tan bien conoce el autor/editor, los sueños de los desheredados, la humanidad de los más desfavorecidos y la mezquindad corrosiva de los otros, van construyendo una novela con tintes negros pero con vocación picaresca.

En definitiva, una obra muy refrescante que deja en el “retrogusto” (como los grandes vinos) una gran gama de matices.

P.S: No se puede perder el lector las notas a pie de página, jugosas y llenas de referencias, como lo serian las pequeñas ilustraciones de fondo del magistral Ibáñez.

martes, 19 de julio de 2022

“El retrato de Irene” Alena Collar



Tengo muchos libros pendientes de lectura y, entre ellos, estaba “El retrato de Irene” de Alena Collar

(El baile del sol, 2016), con el que he disfrutado de una lectura lenta y conmovedora.

La guerra, el fanatismo, el exilio, el olvido, la nostalgia y la Belleza, van llevando al lector, dulcemente, hacia el interior de una narración fluida y poética que envuelve y traspasa.

Irene, la joven, la mujer, la madre, la esposa, la abuela, ha construido a su alrededor una burbuja. Ha transformado en silencio su memoria. Ha perdido el contacto con su presente, como si transitara la vida sin tocarla; como si fuera otra persona quien la viviese por ella.

Pero el destino fuerza los caminos, se retuerce y vuelve a colocarla, en cierto modo, en el punto de partida, de regreso a la huida y al exilio.

La novela es una búsqueda, una reconstrucción, una exhumación que lleva a cabo Álvaro, el nieto de la protagonista, para  desentrañar los silencios de Irene, las confesiones a medias anotadas en cuadernos, los secretos sellados por la distancia, el amor y la amistad.

domingo, 12 de junio de 2022

Palabras en desuso


Fotografía de Sarolta Bán


Las palabras novedosas, brillantes, que inundaban de luz sorprendida mi infancia, van cayendo en desuso. También aquellas que estuvieron de moda y que traían aires de lugares lejanos,

perfumados de mundanidad: boutique, kermés, negligé, ambigú, cheslong, fumoir.

Las otras, las grandes y pesadas que cosechaba mi tío para mi, como trémulas y fragantes flores - solaz, albarda, turbamulta, escabel  - se están llenando de polvo en el arcón de la memoria. Pero esta mañana, han saltado sobre mí y me han llenado de imágenes deshilvanadas de un pasado profundo. 

Aguamanil, gozne, altramuz, maní, quincalla, alhaja, acerico, titiritero, haragán, cícero, parteluz, arambol, ventisquero, alcorque.

Brincan unos segundos ante mis ojos, juguetonas aves infelices, y después se sumergen, como alegres pájaros pescadores, en el anestésico olvido.

Caravasar, asechanza, cortapluma, ditirambo, quepis, quinqué, serrallo, matacán...

viernes, 27 de mayo de 2022

Todo cambia


Todo cambia. Todo permanece inalterable.

En el quiosco sonámbulo de la esquina venden noticias frías, libros baratos, caramelos y pasatiempos. Los rusos vuelven a protagonizar películas de villanos. Las armas son un derecho constitucional en los Estados Unidos, como si siguiese siendo un país de colonos. Como si los blancos aún se creyesen en peligro por los ataques de los nativos que defendían su tierra y su legado. El hambre asola los territorios del otro lado del espejo.

Todo sigue igual. El perpetuo cambio consolida la injusticia y la miseria.

Paseo por la ciudad. Leo carteles al pasar: “Charcutería selecta”. “Selecta”. Esa palabra me suena a pasado, a infancia, a bocadillo de jamón. “Compro oro”. Los pequeños joyeros de los pobres van adelgazando al ritmo del paro, de las subida de los precios, de la desesperanza. “Apuestas deportivas”. La pobreza cae en las garras de la esperanza fútil. “Alimentación”. La tienda que enarbola ese nombre sagrado no vende bacalao, ni tocino al peso, ni dulces envueltos en papel de seda. Es un local sucio y oscuro, con los escaparates cubiertos de pegatinas despegadas y descoloridas por el sol. Allí se apilan los tetrabrik de leche junto a las bolsas de patatas fritas y a las cervezas frías. Allí se apila la prisa olvidadiza del supermercado y el desinterés por esos hombres de mirada rasgada que ven telenovelas chinas en pequeñas pantallas junto al mostrador.

Hace tiempo que camino por el barrio sin destino fijo y aún no he encontrado ninguna librería. Tampoco he visto papelerías fragantes de cuadernos vacíos y lápices sin estrenar, ni mercerías con mostradores mágicos llenos de lazos, botones y tiras de encaje.

Todo cambia. Todo sigo igual. Todo se desvanece y se perpetúa en un ciclo infinito de rutinas y desidias desiguales.

jueves, 24 de marzo de 2022

Pienso en dios


Pienso en dios. Pero su imagen se me escurre entre los dedos. Tiene la finura delicada de las mejores maravillas de las que es capaz el hombre y la brutalidad salvaje y sanguinaria de sus hijos. 

Pienso en dios. En el dios vengativo de la Biblia y en el Cristo cálido y comprensivo que cobija y perdona; en el buen compañero de camino, beligerante con los templos y los sacerdotes corrompidos; en el hombre pobre y sucio que elevó su voz alzando a un pueblo en rebeldía. 

Pienso en dios. En el silencio reverberante de sus templos. En el aroma de los cirios. En la anodina voz de un sacerdote punitivo que solo entiende de su gloria acomplejada.

Pienso en dios. Lo busco en cada uno de nosotros. Me gustaría tanto hallarlo, hablar con él, reprocharle su desidia.

Pienso en dios. La tarde languidece tan perfecta, sobre el giro insensible de la tierra, alrededor de un sol casi divino.


Real Basílica de San Isidro. León (España)

Llueve


Llueve. Occidente coquetea con la guerra. La Unión Europea es un conglomerado insolidario de intereses egoístas. Los mentirosos de la memoria ensucian con su voz el cansancio de los muertos. 

Llueve. La candidatura del infierno va ganando voluntades. Los políticos viajan en alfombras voladoras de promesas imposibles. Sonríen y hacen muecas de dolor que nadie  cree. 

Llueve. El mismo veneno beligerante bate las venas del siglo XXI. La misma convicción perversa llena los diarios. El mismo ardor guerrero nos asfixia.

Llueve. Llueven propagandas, mentiras y discursos. Llueve miedo, injusticia, pánico y hambre. Llueven bombas que destruyen el tejido imprescindible de la vida, que desgarran la carne inocente de los niños, que imponen el terror donde no cabe la razón.

Llueve.

viernes, 18 de marzo de 2022

Miedo


Miedo. Los aspirantes a dictador se afilan las insignias. El mundo se ha quedado detenido en este instante. La guerra eclipsa nuestras vidas.

Miedo. La sucia propaganda se adentra hacia el futuro. El horror en nuestros ojos se transforma en una rutina insensibilizadora.

Miedo.  Los enemigos de antes ya abren sus carteras para recibir el perdón por sus pecados. No hay principio que no pueda traicionarse. No hay temor que no pueda anestesiarse con la dosis adecuada de cinismo.

Miedo.

Artículo en el Periódico del Distrito de Hortaleza-Madrid



 

Me alegra compartir aquí el artículo que ha aparecido en Hortaleza Periódico Vecinal, escrito por Marina Domingo y cuyas fotografías son de Javier Portillo.




lunes, 7 de marzo de 2022

Infección

 


Infección en los oídos. El mundo se hace opaco como el lodo. 

Me revientan en el alma las bombas contra Ucrania.

Los corredores humanitarios parecen pasillos hacia el sometimiento. 

El tímpano entona conciertos de pitidos estridentes. Fantasmas sonoros que llenan mi cerebro.

De las geografías de la guerra mana sangre.

Los niños desgarran sus infancias en convoyes sin aliento.

Los misiles rusos cosen para siempre la incertidumbre en el futuro.

La voracidad del Tártaro es insaciable. 

Dolor. Los silbidos esquivos de las balas arrancan muertos a la tierra y cosechan odio y rencor en sus heridas.

Infección en mis oídos y en los oídos del mundo que tiritan ante una nueva guerra - televisada minuto a minuto-, más cercana y tan absurda e innecesaria como todas.

jueves, 24 de febrero de 2022

Rusia ataca a Ucrania


Rusia ataca a Ucrania. Pienso en los niños aterrados. En los ancianos escondidos en refugios. En la gente lanzada, en apenas unas horas, a la locura de las armas. Pero sobre todo pienso en las mujeres. Las que lucharán también. Las que abrazarán a sus hijos para intentar protegerlos. Las que soportarán, si el conflicto avanza, el horror de ser objetivo de guerra, como lo fueron las mujeres berlinesas tras la ocupación rusa al final de la Segunda Guerra Mundial.
 

Aterra pensar con qué facilidad la paz y la rutina se volatilizan. Cómo el ser humano es capaz de normalizar el horror. Cómo los ciudadanos bien pensantes podemos contemplar, a través de nuestros televisores, el bombardeo que reduce a cenizas una ciudad y a sus habitantes, mientras consumimos una sopa a la hora de cenar.

lunes, 21 de febrero de 2022

No llueve


No llueve. Un sol primaveral relame España. La tierra agrietada pulveriza la esperanza. Las terrazas cosechan turistas sonrientes. 

No llueve. Los pantanos se desangran. La primavera corre sobre nidos de cigüeñas despistadas. Las mañanas heladoras se desnudan en noches templadas que invitan al paseo y alejan el miedo a la sequía. Ya no queremos sufrir más. No queremos pensar más.

No llueve. Abro el grifo solo un poco. Abrevio los programas de la lavadora. Cronometro mis duchas. El cielo ya no llora su bálsamo de vida.

No llueve. La contaminación sobre Madrid es una boina dorada que envenena en silencio y filtra atardeceres ruborosos cargados de presagios.

No llueve. Mañana el sol saldrá sobre la tierra desarmada y jugará con nuestro ego a calmar esta ansiedad de mascarillas, contagios, confinamientos y muerte.

No llueve.

domingo, 20 de febrero de 2022

“La magia de lo común”, Araceli Esteves


 

“La magia de lo común”, de Araceli Esteves esconde, entre sus renglones, finales sorprendentes - a veces brutales, a veces hilarantes - que nunca dejan indiferente al lector. Surrealistas, poéticos, crueles, habitantes fronterizos entre realidades, sus personajes fluyen, se camuflan, conmueven y asombran. Admiten “la certeza de vivir una vida equivocada”; “Se sientan y ven el mundo pasar como si fuera una sábana tendida”; “heredan pesadillas”; “desordenan las letras de los libros” y “rozan potenciadores de asombro”.


“La magia de lo común”, Araceli Esteves

Talentura Libros


TALENTURA Libros, Araceli Esteves Castro

viernes, 11 de febrero de 2022

La lluvia no llega

 


Los pantanos españoles están secos. La lluvia no llega. Los piratas de las eléctricas los vaciaron, casi hasta las heces, durante el verano. 

El litio será el próximo “Santo Grial”.  Se abrirán las trincheras. Se afilarán las espadas de la ambición. Correrá la sangre.

Tenemos tanto miedo a perder que nos estamos quedando sin nada. La libertad cuesta dinero. Ya casi nadie es libre.

Putin ha tendido la alfombra roja para que pasen por ella todos aquellos que deseen alabarle, rogarle o intentar negociar. Deslumbrados por los dorados salones del Kremlin, sus visitantes parpadean admirados o asustados o confusos.

España sigue padeciendo la esclerotizada política electoral en la que vivimos sumidos desde hace demasiado tiempo. 

Gran Bretaña soporta estoicamente la vergüenza de tener a un primer ministro que se comporta como un títere de Barrio Sésamo.

Los adolescentes no quieren usar condón. Ven mucho porno pero no saben nada sobre sexo.

Hacemos estudios de mercado gratuitamente. Facilitamos nuestra información cuando usamos tarjetas bancarias, cuando damos nuestro código postal al pagar en una tienda, cuando aceptamos las cookies al ingresar en una página web. ¿Quién usa todos esos datos y para qué?

Ya casi nadie es libre. Dejamos a nuestra espalda un rastro digital que nos define y nos señala.

Lo que hoy parece un presente y un futuro previsibles tal vez mañana no sea nada.

Los pantanos están secos. La lluvia no llega.