lunes, 31 de marzo de 2014

Lecturas


"Zona de tránsito", de la escritora alemana Julia Frank, es una historia áspera y oscura que retrata la indefensión, la sospecha, la hipocresía moral y el miedo que se vivían a ambos lados de la vergonzosa frontera entre las Alemanias occiental y oriental.

Los personajes tiritan de emociones bajo la intemperie de una narración sin cortinas en la que la vida cotidiana rompe la romántica escenografía de las novelas de espías y se centra en las rutinas humanas y administrativas de un mundo sitiado. 

jueves, 27 de marzo de 2014

Instantánea

Autor desconocido
Madrid se descompone, los cierres bajados de las tiendas quebradas parpadean confusos de garabatos impotentes, las aceras se derraman en orines de lágrimas, manifestaciones  y alcohol, los viejos ultramarinos van mutado en bazares insalubres que hurtan al paseante el interior con atestadas e insípidas estanterías industriales.
La ciudad se parte y mira hacia el pasado en busca de esperanza mientras va marcando, con profundas líneas invisibles, los límites de la desesperación y la miseria. Se multiplican las sombras que revisan metódicamente los fangosos fondos de las papeleras, y los más viejos tiemblan pensando que cada día se da un paso adelante hacia el silencio.
Paloma Ulloa

Foto-narrativa: SilenCine

lunes, 24 de marzo de 2014

Lecturas



A veces, recorrer con curiosidad y sin prejuicios, los anaqueles de la biblioteca pública, te lleva a disfrutar gratas sorpresas como este "Prioritaire", de la escritora danesa Iselin C. Hermann que, sobre los raíles íntimos de una improvisada relación epistolar, va llevando al lector hacia el desenlace mágico e inesperado de sus últimas páginas.

martes, 18 de marzo de 2014

Atardece



Sarolta Ban

Atardece perezosamente.

En los límites incendiados del crepúsculo, la esperaza del próximo verano brota sobre las huesudas ramas del invierno que se olvida; y el tiempo, gota a gota, arrastra nuestra existencia hacia el vertiginoso futuro, devorándonos sin piedad en la tediosa demora hasta alcanzar el próximo destino.

La vida nunca espera, no necesita el concurso de nuestra voluntad para agotarse y se precipita jubilosa en la catarata implacable hacia la muerte sin siquiera volverse un instante para confirmar que seguimos atrapados en su estela incandescente, marionetas inermes, incapaces de construir nuestro camino.

La tarde se desliza cálida y hermosa y me trae a la mente otras voces, otros libros, otros sueños que quedaron titilando sobre las primaveras precedentes sin llegar a dar su fruto. 

Paloma Ulloa